Criar a los hijos: cómo darles la base para un buen futuro
Por diciembre 7, 2015 | Por Nuevo Sol | Escribir comentario
Educación durante la infancia
La educación de un niño es una de las responsabilidades más difíciles que puede tener un adulto. Es el trabajo para el que hemos recibido menos formación.
La mayoría de las personas adquieren conocimientos sobre los hijos en su entorno o de su propia educación. Como consecuencia, cuando se convierten en padres suelen repetir los patrones de su propia infancia, que pueden no ser adecuados para sus hijos. Aún peor que eso, pueden escucharse regañando a sus hijos con frases que sus padres solían utilizar y que prometieron no pronunciar nunca cuando tuvieran hijos.
En los casos en los que están los dos padres involucrados activamente en la educación de un hijo, es importante la comunicación constante entre ellos sobre temas de disciplina y del comportamiento que esperan de sus hijos. De este modo, es menos probable que se produzcan malas técnicas de crianza a partir de su propia experiencia. Presentarán también un frente unido como pareja y aportarán a sus hijos consejos útiles dentro de una seguridad y coherencia.
Muchos padres encuentran útil también leer libros y artículos sobre la correcta educación de los hijos. En los últimos años es frecuente oír hablar o leer acerca de una técnica de educación de los hijos basada en la llamada inteligencia emocional.
¿Por qué es necesaria la disciplina?
La disciplina permite a los padres mostrar cuál es el comportamiento aceptable y no aceptable para su hijo. Si se establecen límites para el niño, se les ayuda a aprender qué se espera de ellos y cómo deben comportarse en sociedad. Esto es necesario para que el niño se convierta en un adulto responsable.
La disciplina es un tema difícil, ya que debe ser justa y constante. La falta de una disciplina constante y adecuada puede dar lugar a niños confusos y desarraigados que buscan constantemente probar a los demás para establecer los límites dentro de su relación.
Ser padre durante las 24 horas del día conlleva demasiada responsabilidad. El mantenimiento de una disciplina constante puede ser muy exigente y absorbente, y es agotador, principalmente para los padres solteros. Es verdad que poseen la ventaja de poder educar a un hijo exactamente como desean sin la intervención de una pareja, pero se dan muchas ocasiones en las que pueden sentirse solos e inseguros sobre lo beneficioso de la disciplina.
Puede ser muy útil compartir las ideas con otros adultos cercanos o discutir estos temas con un médico o, incluso, con el profesor del niño.
En una familia con ambos padres, la vida es mucho más sencilla si la pareja habla acerca de sus métodos objetivos. De esta forma, pueden ofrecerse apoyo mutuo en situaciones en las que es más apetecible ceder para encontrar paz y tranquilidad.