La responsabilidad como esposos y como padres

Los hijos, la pareja y la comunicación.

  • Algunas personas se casan solamente para vivir junto a la persona que han elegido. Otros lo hacen, además, para formar una familia con los hijos que lleguen. En ambas situaciones deben asumir la responsabilidad irrenunciable para con su familia, que voluntariamente han adquirido.
  • Para poder dar un buen ejemplo a los hijos, lo primero que tienen que hacer los padres, es darse un buen ejemplo entre ellos y frente a la sociedad. Si entre los padres no hay una perfecta armonía responsable, jamás podrá haberla entre padres e hijos y con el resto de la familia.
  • En los matrimonios suelen surgir algunas complicaciones, que les incitan a desligarse de las obligaciones contraídas y deciden desviar sus tiempos, hacia actividades que les ofrezcan menos problemas. Incluso bajo las disculpas, que esas nuevas actividades son muy buenas, pero pueden ser totalmente injustas, como por ejemplo. Dedicarse mucho tiempo a actividades sociales, políticas, deportivas, religiosas, caritativas, ególatras (vanidosas), etc.
  • Si las personas han hecho una promesa ante Dios y ante la sociedad, de formar una familia, su primera obligación es atender totalmente, las necesidades de ella. Si no, que no se hubieran comprometido voluntariamente con la formación de una familia.
  • Hay otras opciones en la vida que se denominan “votos religiosos o carreras militares” donde la familia, directa e indirecta, pasa a un segundo término. Primero tienen que cumplir con el voto o con el compromiso militar.

Los pilares de la sociedad son: la familia, la escuela y la religión y para que se mantenga firme, debe estar reforzada con las responsabilidades que los padres voluntariamente asumen de convivencia entre ellos y la educación de los hijos.

  1. Convivencia familiar.

Los esposos que trabajan fuera del hogar, pueden llegar a tener unos horarios de trabajo y descanso, que les haga coincidir o no cuando llegan a la casa.

En el mejor de los casos, llegan a la misma hora y con el mismo grado de cansancio físico, agotados o con sus fuerzas disminuidas. Entonces tienen que enfrentarse a organizar las tareas de la casa y a educar a los hijos, que en todo el día no han visto.

En esas dos o tres horas que van a estar juntos o con los hijos, necesitan indispensablemente una dosis suplementaria de paciencia, cariño y equilibrio. Además de ejercer la difícil tarea de ser padres, tienen que fortalecer su relación de pareja.

Si no están muy bien preparados física, mental y emocionalmente, no podrán dedicarse a ninguno de los temas anteriormente citados.

El planteamiento de trabajar los esposos y atender las necesidades familiares, requiere mucha formación, adaptación y preparación. Esto solamente lo conseguirán, a través de la lectura o el consejo de los profesionales.

Muchas veces deberán elegir, entre el trabajo fuera de la casa o la educación presente y futura de sus hijos.

  1. El tiempo efectivo

El tiempo efectivo, en que esta pareja debería estar construyendo su propia relación y educando a sus hijos, coincide con el tiempo de peor calidad, es decir, cuando ya están agotados, por el trabajo fuera de la casa.

Ese tiempo tendría que ser el de mejor calidad, para poder mantener un buen  matrimonio y la educación de los hijos. Para amarse en la pareja y educar a los hijos, es necesario un tiempo de primera clase, no un tiempo residual, de los apretados horarios sociales.

Amarse, ser feliz y educar a los hijos, requiere trabajo, aplicación y disciplina, que no se pueden ofrecer, cuando el cuerpo y la mente están agotados, por el esfuerzo del trabajo diario.

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